enero 20, 2015

la suerte que creo que nunca tengo y que a veces sí tengo


Que yo venía a hablaros de lo difícil que se me hace no escribir. Y no es por pereza, sino porque el tiempo me lo impide más de lo que querría.
Pero hoy, no sólo mis ganas, mis manos también se han lanzado y me han incitado a escribir.
Y ya ves.
Aquí estoy.
Quería hablaros de la suerte. ¿Pensáis que la suerte existe? O tan sólo pensáis que la vida ya está establecida y no hay cambios, ni suertes, hay lo que hay, y ya.
Para mí, la suerte está. Y no sé si de nuestro lado, pero podría asegurar que del mío no.
Quizás para algunos tan sólo sean un montón de letras unidas que forman una palabra, así, tan simple como eso.
Pero para otros "suerte" es todo. Y cuando digo todo es, necesidad. Miles de personas relacionan acciones en su vida con la suerte, como una manera de apoyarse en algo. ¿He conseguido una buena plaza en un seminario? Suerte. ¿He perdido una partida? Mala suerte.
Hay dos tipos de suerte: la buena y la mala, ¿no? Pero, ¿y si hay otro tipo de suerte? 
Quiero decir, un adjetivo que no sea ni bueno ni malo, algo intermedio. Como cuando no es blanco ni negro, es gris. Algo parecido.
Supongo que podríamos llamarlo algo así como "casi buena suerte pero no" o "suerte a medias" y yo que sé.
Las cosas nos pasan porque somos así, porque quizá estemos formados de un material que a pesar de todo nos haga resistentes a cualquier cosa que nos pase. Pero, esto no es del todo así, ¿cierto? O me equivoco. Nadie tiene la "suerte" de no morir. 
Suerte y tiempo quizá se complementen. ¿No pensáis?
Tal vez no existe la buena suerte, ni la mala, ni la media, ni la casi suerte, ni la poca suerte, nada. Tal vez lo que exista es aquello que el tiempo nos regala, o nos quita. Y no sé si me explico.
Da igual, el caso es que suerte es algo más que una causa o fuerza que supuestamente determina que los hechos y circunstancias imprevisibles o no intencionados se desarrollen de una manera o de otra o que las circunstancias de la suerte se consideren predeterminados para la vida de alguien. Yo creo que SUERTE es algo más que todo eso, y que puede agarrarnos la mano en cualquier momento. Puede que pensar mucho en ella te quite la opción de tenerla. Quizás debamos saber en qué momento la necesitamos y en cuál otro momento no. Como un aviso que nos indique que no necesitamos nada más allá que lo que podemos hacer nosotros mismos, siendo los dueños de nuestras propias conductas. 
Pero, puede darse que no, ¿no es cierto? No creo que el resultado de lanzar un dado o una moneda al aire forme parte de mí, si no de mi suerte.
Sinceramente, no recuerdo bien a qué he venido aquí. Suerte es, pues eso: suerte. Y sólo ella sabe cómo y cuándo aparecer.

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