Otra vez me invaden las ganas de escribirte. Quizás porque no sé quien eres, pero de una forma u otra sé que puedes leer, o eso quiero creer.
¿Recuerdas cuando te escribí buenos momentos? Dime desconocido, ¿por qué acaban tan pronto? ¿por qué se disuelven en pedacitos diminutos a una velocidad bestial? dime, ¿por qué?
Siempre me dijeron que pensar en positivo traería esa buena suerte que tanto necesito. ¿Pero sabes qué?
Hoy me he dado cuenta de que no. Y no pienses que porque no he querido intentarlo, porque, permíteme decir que sí, lo he intentado, todo. ¿Tú de verdad crees que esto algún día se podrá solucionar?
Yo creo que no.
Y no es por caer en el drama, pero las cosas cada vez pasan a peor.
De pensar que todo está solucionado a que no haga más que ir a peor. ¿Alguna vez te ha pasado querido desconocido? Si la respuesta es no, respóndeme y dime cómo. Y si la respuesta es sí, quizás deberíamos mantener esa conversación con un "bienvenido, únete a mí y mi caos".
¿No te sientes raro querido desconocido? ¡Incluso yo me veo desconocida!
¿Nunca has pensado que no se pierde a la gente de un día para otro? Quizás nunca les llegamos a importar. Bueno, corrijo, le llegué, porque no sé nada de ti desconocido. Ni siquiera sé cómo te sientes en estos instantes.
¿Alguna vez has pensado tanto una cosa que hasta te daba rabia estar preocupada siempre por lo mismo? Ese típico "la misma historia de siempre se repite una y otra vez", y no me deja pensar con claridad, desconocido.
Incluso todo esto lo estoy escribiendo por mero impulso. Que se guían mis manos y a veces parece que escriben solas. Oh...desconocido, tengo tanto que contarte... Y no sé por dónde empezar.
¿Pensabas que había acabado?
Y no acabo más que empezar.
Firmado: Yo. (Supongo que ya me conoces).
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